martes, 23 de agosto de 2011

QUEENSRYCHE, UNA EXPERIENCIA - Crónica

Compartimos el reportaje realizado en su momento para el webmagazine Rock Cultura. Texto cedido por la Autora para nuestro Medio de Prensa.

Por: Mafer Saavedra Lecompte – Especial para Cavernet Rock
Fotos: MaferSL (Poster Calle: Internet).

Estadio Obras Sanitarias
Buenos Aires, Argentina.

El concierto de Queensrÿche en Buenos Aires fue una experiencia nueva para mí, nunca había ido a un concierto sola; me refiero a sola-sola, por mi cuenta, pensado sí. Bueno, una vez asistí en Bogotá a un tributo a Pink Floyd en un teatro, pero era otra envergadura; fue como la primera vez que fui sola a cine, siempre lo pensé pero no me animaba a hacerlo, sentía que era tonto ir a ver una película sin parche; el día que lo hice estando desparchada, lo admito, fue muy bacano, la sensación fue tan buena que he repetido muchas veces esto y me gusta, aún sigo yendo a cine sola y, obviamente, en parche también. Esta vez fue decidirme a asistir a un estadio, en una ciudad que apenas conozco, donde me guié por la horda de gente vestida de negro (saben a lo que me refiero, es una imagen que se repite en todos los países), compré la boleta a última hora (sí, sí, casi no voy) y ¡ahí estaba!

Entré diez minutos antes que comenzara el grupo telonero, hice la fila más corta en mi historia de conciertos (sólo quedaban cinco personas antes que yo); me acomodaron en mi silla y a escuchar. Las localidades no se llenaron en su totalidad, tuvieron casi lleno palco y el 70% de campo, pero a pesar de eso, se sentía la emoción de la gente que iba a ver “Su Banda”, o “La Banda”, dependiendo de qué tan fanático fuera de ésta. 
El grupo local dio un concierto corto, austero, de buena calidad y sin pretensiones. Se presentaron contando al público que era la primera vez que tocaban en ese escenario. Se les veía muy orgullosos, no era para menos, estaban abriéndole el concierto a Queensrÿche. Buen sonido, buena actitud, buena guitarra. Con los aplausos de los asistentes se retiraron para darle el espacio a “La Gran Banda”, como ellos mismos la llamaron.

En el intermedio, unos quince minutos, mientras cuadraban el escenario, luces y un poco más el sonido, hice un grupo de amigos (Pablo, Marcelo, Fer y Jony), esta vez locales. Un par de veces me moví para darles espacio para entrar o salir de la fila (yo estaba en la primera silla); la segunda vez hubo una disculpa y mi respuesta fue un colombianísimo “FREEESCO, ¡TODO BIEN!”. Inmediata conversación con la pregunta inicial a la cual todos nos habituamos una vez salimos de nuestra ciudad, ¿de dónde sós? Y bueno, comenzamos a hablar de música, de bandas, de conciertos. (Después de toda esa charla, quedaron contactos para asistir a futuros espectáculos de esta misma índole… Ya no tendré que ir sola de nuevo a los conciertos). Me sentí toda la noche con la gente que solía encontrar en Eddie´s (y que aún creo lo frecuentan). Para ser exacta, me sentí conversando con Jose, Ricardo, Andrés Escobar, Carlos Mario, Hermes y, por qué no mencionarlo, con Edinson (Q.E.P.D.).

El concierto: ¡MA-RA-VI-LLO-SO!
Queensrÿche hizo una recopilación de sus mejores temas. La banda ofreció un show muy sencillo, sin escenografía muy elaborada, un telón al fondo con su imagen distintiva y el manejo de luces, no más. Una imagen madura, sin excesos (nunca fue así). Gran función con canciones como “The Lady Wore Black”, “Walk in the Shadows”, “Gonna Get Close to You”, “Screaming in Digital”, “Silent Lucidity”,” Last Time in Paris”, “Another Rainy Night (Without You)”, “Take Hold of the Flame”, “Hostage”, entre otros temas. Y para cerrar finalmente, “Eyes of a Stranger” no podía faltar. Todas esas canciones hicieron que el público levantara sus brazos y saltara en conjunto; cantara al unísono, haciendo coro a la agrupación. Hasta hubo un cover de Black Sabbath: “Neon Knights”. Los monólogos introductorios a algunos temas mantuvieron callada la gente mientras esperaban que comenzara la música, pendientes de lo que decía Geoff Tate y finalmente, batería, guitarras y bajo acompañados por la súper voz (la que en la primera canción pensamos que no iba a poder subir como antes, pero nos dejó perplejos en adelante: Excelente), así fue el espectáculo.

El concierto se acabó dos veces y después de cada despedida, el auditorio completo cantó su nombre hasta que salieron; en realidad, el concierto se acabó tres veces, y si por los asistentes hubiera sido, se hubiera acabado mil veces para que aparecieran una y otra vez, hasta agotar su repertorio. 
Asistió mucha gente que sigue a la banda desde el principio en un gran porcentaje y también muchos nuevos. Queensrÿche había venido a Argentina en 1997, después de realizar unos recitales en varios escenarios en Brasil. Aquella vez contaba como la única vez que vinieron a Latinoamérica. Sus primeras giras se concentraron en Norteamérica; ya en 1991 cruzan el océano para dar conciertos en Europa, donde incluyeron a España (abriéndose en un escenario de habla hispana) en una única presentación. Más adelante, en 2004, participaron en el Metal Manía Festival que se realizó en el país ibérico con dos presentaciones. El “Headlining Tour” de Queensrÿche incluyó nuevamente a Latinoamérica. ¿Habrá una próxima oportunidad donde tengan a Colombia dentro de sus opciones?, esperemos que sí. Vale la pena y ya hemos tenido muy buenas presentaciones en nuestro país, con suficiente aforo, que habla muy bien de los seguidores del buen Rock.

Por ahora seguiré disfrutando de las ventajas de estar en el Cono Sur y esperando a que en mi patria, Colombia, se puedan seguir dando conciertos de tanta magnitud. Desde acá, un saludo a quienes desde hace tanto tiempo extraño y a quienes agradezco me inviten a narrar mis experiencias en estas lejanas tierras australes (eso sí, plenas de Rock´n´Roll).





 







María Fernanda Saavedra Lecompte.
Arquitecta . Bogotá, Colombia. 
Radicada en Argentina desde 2007. 
Fué Corresponsal del desaparecido webzine Rock Cultura.