jueves, 28 de noviembre de 2024

LA DONCELLA DE HIERRO, EL SUEÑO SE HIZO REALIDAD - Reportaje

Por: Alejandra Zapata

Especial para Cavernet Rock

La emoción se sentía desde muchos días antes, los medios anunciaban el aplazamiento del clásico capitalino por el tan esperado regreso de La Doncella de Hierro a Colombia, después de 13 años. Las redes sociales estallaban de dudas sobre en qué y cuándo llegaría la banda, muchos tenían la esperanza de ver el Ed Force One, sin embargo, es sabido que este mítico avión ya no hace parte de sus giras. El 22 de noviembre videos mostraron el aterrizaje de un jet privado ERJ135 en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, donde viajaba la mayoría de integrantes de Iron Maiden. La alegría  se combinaba con el sinsabor del último adiós al exMaiden Paul Di’Anno, cuyo funeral se realizó el 21 de noviembre en un cementerio de Londres, Inglaterra. Una  sentida despedida al vocalista que con su voz logró que el público se enamorara de la banda británica.


El 24 de noviembre, después de 356 días esperando que el gran sueño se cumpliera, el estadio Nemesio Camacho “El Campín” y sus alrededores se vistieron de Iron Maiden. No había desconocidos, personas de todas las edades, con banderas de diferentes países, a todos nos unía una misma ilusión: ver en vivo la banda de Heavy Metal más grande del mundo. El cielo presentó el primer espectáculo con un atardecer de ensueño. El estadio rápidamente se llenaba, la ansiedad se sentía en el aire. El telón se abrió con Krönös, con canciones como “Igual que ayer”, “Fuego En Mis venas” y “Solo Quiero Rock and Roll”. Después, mientras la espera se hacía eterna, el público colombiano se animó con la popular “ola” de luces que hicieron que el estadio brillara preparando el recibimiento de la Bestia.

De fondo empezó a sonar el intro: “Doctor, doctor, please. Oh, I’m goin’ fast”. De repente, todo es silencio hasta que hacen su explosiva entrada triunfal con la energía brutal que los caracteriza a cada uno, Steve, Bruce, Murray, Janick, Adrian y Nicko; era un sueño, todos por fin estaban ahí frente a la mirada atónita y extasiada de miles de fans. Los gritos, los aplausos, la música, las lágrimas; todo se combinaba en una sinfonía de felicidad. Todos en un mismo lugar coreando “Caught Somewhere In Time”, era casi un presagio pues el tiempo parecía detenerse y al mismo tiempo correr con mucha prisa. “SCREAM FOR ME BOGOTÁ!” resonó en el escenario y la respuesta no se hizo esperar. Luego cantamos “Stranger In A Strange Land” y después fue como estar en un viaje en el tiempo, pues sonaban canciones del último álbum Senjutsu, “The Writing  On The Wall”, “Days Of Future Past”, “The Time Machine”, y luego nos regresábamos a las canciones del ´86. Inmerso en el repertorio sonó “The Prisoner” y todos al unísono, “Not a prisoner, I’m a free man”. Mermaron un poco la frecuencia con “Death Of The Celts” para después subirla toda con “Can I Play With Madness”. Luego, la joya “Heaven Can Wait” para después explotar con “Alexander The Great”. Posteriormente, miles de almas coreando “Fear Of The Dark” hicimos temblar el estadio. Antes del encore, nos fuimos a los inicios con “Iron Maiden”: “Oh, well, wherever. Wherever you are Iron Maiden’s gonna get you”. Nicko McBrain, el carismático y veterano baterista de la banda, fue el último en salir del escenario después de tirar sus baquetas. El silencio nuevamente, luego todos aclamando el regreso.  De vuelta en tarima nos envolvió la magia de “Hell On Earth” para luego elevarnos al ritmo de la tan esperada “The Trooper” y finalmente, hacernos estremecer el cuerpo y el corazón  con “Wasted Years”. “Face up, make your stand and realice you’re living in the golden years”. Al final, solo el silencio y la perplejidad ante lo que acababa de pasar, Maiden había vuelto a tocar en tierras colombianas en un show incomparable que seguramente quedará marcado en los corazones como un recuerdo inolvidable.


Bruce Dickinson, en sus diferentes interacciones con el público, con su simpatía característica, aceptó que había pasado bastante tiempo desde la última vez que la banda visitó Colombia, nos aduló diciendo que somos el mejor público de la gira hasta ese momento, sin embargo, no faltó el “regaño” pues tanto olor a hierba le estaba afectando la voz, lo cual nos deja el interrogante de qué tanto estamos preparados logísticamente para bandas de la talla de Maiden. Para terminar, justo antes de irse, nos dejó soñando con el regreso: Run For Your Lives World Tour en 2026, el cual incluirá canciones desde el álbum Iron Maiden hasta el Fear Of The Dark y promete ser un evento sin precedentes.  


Alejandra Zapata - 16  .  11  . 1996
Licenciada en Literatura
Cali





 



martes, 19 de noviembre de 2024

BARÓN ROJO EN CALI 2024 – Reportaje

Por: Carlos Orejuela

Fotos: C. Orejuela

Cristian Camilo Urcuqui, especial para Cavernet Rock


El 10 de noviembre de 2024, Cali vivió la que posiblemente será la última presentación en vivo del Barón Rojo encabezada por los hermanos De Castro en el marco de su gira americana que antes de llegar a nuestra ciudad pasó por Centroamérica y unas cuantas ciudades colombianas, de ahí que esta serie de presentaciones hayan sido bautizadas como, "El Último Vuelo del Barón".

Aunque originalmente el concierto iba a celebrarse en la discoteca Praga, debido a la baja preventa de boletas (un reflejo de los dos grandes eventos de Rock que dominaban el fin de semana en Bogotá, el Colombia Metal Fest y Rock Al Parque), el concierto faltando un día se trasladó al bar Bourbon Street en el barrio Granada. Este cambio de lugar dejó a varios desubicados y estadísticamente no habrá faltado quién se perdió el concierto.

La gente empezó a llenar el lugar rápidamente alrededor de las 5:00 PM. A las 6:30 p.m ya hacía presencia la banda en tarima. Abrieron después de un brevísimo chequeo de sonido con “El Barón Vuela Sobre Inglaterra”, canción que dió inmediato pasó a “El Malo”. Brutal inicio de concierto. Los hermanos de Castro con un ritmo frenético fueron descargando temas como, “Rockero Indomable”, “El Presidente”, e “Incomunicación”. Los ánimos estaban subiendo y el local ya estaba lleno a reventar cuando “Caso Perdido” seguido casi sin pausa por, “Las Fores del Mal” y “Con Botas Sucias”, que hacían vibrar el recinto con el coro de todos los fanáticos. Hubo un breve saludo de parte de Armando De Castro quién recordó la desavenencia del concierto de 2022 y reafirmó que estaban en esa tarima para resarcir y recompensar a, según sus propias palabras, una de sus fanaticadas más apasionadas y fieles en el planeta, gesto que fue recibido con euforia por el público, energía que aprovecharon los artistas para dar inicio a lo que se puede considerar el plato fuerte del concierto. “Cuerdas de Acero”, “Hijos de Caín” y “Resistiré” tronaron salvajemente. El coro del público se escuchó al unísono, una total locura. La pausa era menester, no podemos olvidar que los hermanos de Castro ya se encuentran en su séptima década de existencia y es loable la pasión, energía y entrega en tarima pero el descanso era necesario. Para el cierre hubo dos canciones que por su carga emotiva a muchos de los presentes se nos erizó la piel y fué inevitable recordar grandes amigos que ya no nos acompañan en este plano (Jorge Walter Isaza Tabares, QEPD). Cerraron con “Concierto para Ellos”, “Breakthoven” y “Barón Rojo”. Los aplausos y agradecimientos de la audiencia fueron más que generosos al final, impresionante.

En apartes referentes al concierto puedo dar fé de que en varias ubicaciones del recinto la banda sonó clara, potente y precisa. Antes de iniciar el evento y cuando anunciaron el cambio de lugar hubo muchas dudas sobre la calidad del sonido del lugar y la propia disposición del mismo, cosa que Barón Rojo desmintió completamente exhibiendo un sonido profesional de la más alta calidad, brutal, impresionante lo vivido aquel 10 de noviembre. Habiendo presenciado innumerables toques de múltiples bandas en este mismo lugar, se puede concluir y recalcar que la habilidad, el conocimiento, la actitud, la experiencia y pasión de la agrupación en tarima es lo que realmente marca la diferencia. En este caso aplica el coloquial dicho, “No es la flecha, es el indio”.

Agradecimientos a la organización, String Howling Producciones y Backline America Corp. A mi amigo Cristian C. Urcuqui por las fotos. El último vuelo del Barón nos dejó más que satisfechos a pesar de la melancolía que toda despedida trae. Un saludo a los arcanos rockeros especialmente univallunos que nos reencontramos esa noche. Como le dije a Jimmy Ramírez, si en algún momento hace veinte años nos hubieran dicho que veríamos a Barón Rojo a menos de 6 metros de distancia, no habría forma de haberlo creído. Cavernet Rock.