Texto e Imágenes: Diana Marcela Barbosa
Son las 4:00 PM del 12 de diciembre y recién llego a la fila
para uno de los conciertos más esperados de mi vida y el cual, para ser honesta,
pensaba que nunca iba a suceder. Me extraña no ver un río interminable de
personas ni evidencia de las mismas acampando por el lugar. Hechos que te
susurran al oído “No estás en Colombia”.
Tan sólo dos horas más tarde se abren las puertas del Allianz
Park, en Sao Paulo, y logramos ingresar al estadio las cerca de 40 mil personas.
Este será testigo de un show desbordante de talento y mucha remembranza a Pink
Floyd.
Pasan un par de horas más y empieza el movimiento de instrumentos
y roadies en el escenario. El corazón empieza a palpitar cada vez más fuerte. Siendo
las 9:00 PM ya se encuentran los músicos en escena y David Gilmour al
frente para dar inicio con “5 A.M.” tema instrumental el cual es el
primero del álbum Rattle That Lock,
el mismo que le da el nombre a la gira.
Sin dirigirse aún al público, se escucha el particular estribillo
de “Rattle That Lock”, el cual tiene como dato curioso haber sido
inspirado por el jingle de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles
Franceses; y el público enloquece cantando “Whatever
it takes to break gotta do it...”. Se siente una atmosfera de éxtasis
total, decorado por un sonido muy limpio y la técnica excepcional de este gran
maestro. Le siguieron otros temas del álbum como, “Today” y la
rareza jazz de “The Girl In The Yellow Dress”, con un bello show de saxo realizado
por un joven brasilero muy talentoso y un show visual muy elaborado como
toda la parte visual del disco.
Cabe resaltar que el concierto se centró en los temas de este último
trabajo, pero en medio de la noche sonaron bellas piezas como “Us And Them”, “Time”
y la imperdible “Wish You Were Here”. Además, hubo tiempo para homenajear
a Syd Barret con “Shine On Your Crazy Diamond”. En este tema en
particular la parte visual estuvo cargada de una especial selección de imágenes
que se podían observar desde cualquier parte del estadio las cuales recreaban
la historia de este mítico y genial personaje.
Luego, Gilmour y su banda tocaron un lleno de potencia “Run Like
Hell”, el cual hizo que todos y cada uno de los asistentes se moviera. Para
este momento las cosas iban llegando a su final y, con “Breathe” y “Comfortably
Numb”, se hizo evidente que el show estaba por finiquitarse. Un bello espectáculo
de láseres se esbozó por el Allianz Park. Todo era una mezcla de
felicidad y melancolía, estar frente a uno de los más grandes
músicos de la historia, uno de tus mayores ídolos y decenas de miles de brasileños
gritando “¡Gilmour caraio!” te
acelera el corazón y las lágrimas no se hacen esperar. Sé que cada que voy a un
concierto digo lo mismo, este es el
mejor al cual he asistido, pero en este caso, esta frase se termina
quedando corta. Una de las más bellas experiencias musicales de mi vida, en un
bello país, aunque hubiera sido hermoso que más colombianos hubiesen presenciado
este majestuoso show.
Diana Marcela Barbosa
23 . 11 . 1988
Antigua Propietaria
de Rainbow Bar, Cali