Por: Jose Paschu . Director
Hablar
de Queensrÿche para mí supone una
grata experiencia habida cuenta del confeso fervor que le tengo a esta
agrupación norteamericana cuya trayectoria es harto conocida y cuyo éxito
comercial sigue y seguirá dando vueltas en cualquier segmento romántico o bar
que se atreva a programarla en el país, “Silent Lucidity”, veinticinco años
atrás cuando su formación incluía a Chris DeGarmo y Geoff Tate. He de decir que
les conocí con lo que la crítica considera su ópera rock, el mítico y
conceptual Operation: Mindcrime de
1988, gracias a aquel Headbanger´s Ball
cuando el canal aún era de videos y no realities snob que reflejan el triste
vacío cultural del país. Pero esa es otra historia y aquí hablamos de lo único
que nos interesa, música.
Tras
el cisma ocurrido en 2012, la partida de Geoff Tate y el tema legal que otorgó
a los integrantes cofundadores de la banda el manejo del nombre, en 2013
publicaron el primer disco con su nuevo cantante, Todd La Torre, proveniente de
Crimson Glory. Los comentarios a favor y en contra no se hicieron esperar
alrededor del mundo. Poco a poco esta alineación fue demostrando en tarima que
no se les podía considerar de manera injusta ser una banda tributo de sí misma,
así se haya agrupado como colectivo bajo el nombre Rising West, puesto que si
bien su nuevo cantante ejecutaba con creces aquellos temas de culto desde el EP
debut hasta el Empire – para muchos
considerada su época de oro – la línea compositiva encabezada por Michael
Wilton tenía en mente dar un nuevo aire y nueva vida al alicaído halcón
peregrino (*) cuyos últimos
esfuerzos junto a Tate sonaban desangelados, totalmente cansados. Ni sombra de
aquella voz. Queensrÿche dio título al álbum treinta años después de aquel EP, considerado de culto entre sus coleccionistas y seguidores.
Condition Hüman vio la luz el
pasado 2 de Octubre a nivel mundial vía Century Media. Se conoció el primer
sencillo, “Arrow Of Time”, del cual se publicó en redes un video con tomas en
vivo resultado de su participación en el Wacken
Open Air del presente año. Consta de doce cortes en la edición en CD
mientras que la versión en vinilo incluye tres canciones más. Se destacan de
inmediato, aparte de “Arrow” que abre
el disco, “Guardian”, “Hellfire” y “Eye9”. Se observa que la propuesta es una
suerte de reivindicación con aquel Queensrÿche clásico, con sonido progresivo
sin dejar a un lado el heavy metal. No estamos en los ochenta y tampoco es su
intención hacerlo, por supuesto. Las guitarras reviven en justa manera
complementadas con la voz de La Torre que, como dijimos en Lágrimas de Acero, programa radial en el que presentamos el álbum a
los oyentes, cuenta con una voz muy similar a la de Tate pero más allá de ello,
es la voz de Todd y mucho más que eso, es Queensrÿche
y eso supera cualquier otra cosa. Disco altamente recomendado este, el de la agrupación
que surgió cerca a Seattle a comienzos de la década del ochenta, diez años
después sería conocida por otros asuntos que no vienen a cuento en este momento. Para
quienes seguimos su discografía es una pieza infaltable. Afortunadamente hay Queensrÿche para rato. Cavernet Rock.
Contenido del
disco:
1.
Arrow Of Time, 2. Guardian, 3. Hellfire, 4. Toxic Remedy, 5. Selfish Lives, 6.
Eye9, 7. Bulletproof, 8. Hourglass, 9. Just Us, 10. All There Was, 11 The
Aftermath, 12. Condition Hüman.
Video Promocional de “Arrow Of Time”
(*) Ave que inspiró el logo de la banda
presente en todas sus portadas, conocido como TriRÿche.