Por: Redacción Cavernet Rock
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Por: Redacción Cavernet Rock
Por: Redacción Cavernet Rock
Por: Redacción Cavernet Rock
Por: Jose Paschu . Director
La
agrupación alemana Reinforcer anuncia el lanzamiento de su segundo álbum, Ice And Death, que sucede
a Prince Of The Tribes (2021). Publicado
por el sello italiano Scarlet Records, con mezcla y masterización de Kai
Stahlenberg, quien ha sido entre otros, músico invitado en Kanonenfieber y en
su labor en consola se cuentan nombres como Agathodaimon, Apeiron, Crematory,
Disbelief y Powerwolf, por citar algunos.
A estos últimos no podemos dejarlos pasar por alto pues encontramos un referente en el sonido de los oriundos de Paderborn. El Power Metal alemán que por antonomasia ha sido baluarte de historia, mitología y fantasía a raudales. Reinforcer bebe de estas aguas entregando un álbum cohesivo, lleno de riffs que evocan un paraíso sonoro digno de los dioses, sean quienes sean. Con un trabajo cuidadoso hasta el detalle en cuanto a guitarras, riffs, armonías, el bajo y percusión, como si de una batalla de humanos y titanes se tratase. Una experiencia por momentos celestial sin hablar de dogmas religiosos pues no nos interesan. A lo anterior se suma por supuesto la performance vocal de su cantante quien nos ha sorprendido gratamente.
Sabemos que el género goza de adeptos y detractores, no sobran obtusos que lo tachan de “Happy Metal” de modo despectivo. Lo cierto es que la banda en este su segundo disco presenta un producto honesto, pulcro, europeo por excelencia. Refrescante, si se nos permite el término, con mucha energía y actitud. No son uno más.
Reinforcer lleva diez años de carrera y lo conforman, Logan Lexi en la voz, Tobias Schwarzer y Niclas Stappert en guitarras, Lasse Schmiedel en batería, y con ellos el colombiano Fabián Fabo Rodríguez (ex Cross Roads/ex Bone Breaker, Cali), en el bajo, en reemplazo de Marvin Fretter, quien se unió para la grabación del álbum que hoy ponemos a consideración de Ustedes. Un álbum para seguidores de nombres como Iced Earth, Powerwolf y tal vez los viejos Running Wild de la década del noventa. Ice And Death estará a disposición del público el 22 de agosto en formato digital en las principales plataformas, CD y vinilo de color en edición limitada. Cavernet Rock.
Contenido:
1. Heir of the Bear, 2. Dead Men Tell No Tales, 3. Skogamor, 4. The Witch Mayor,
5. Ice and Death, 6. The Piper, 7. Five Brothers, 8. House of Lies, 9. Bring
Out Your Death.
Reinforcer, Discografía:
Ice And Death (2025)
Prince Of The Tribes (2021)
On The Wings, sencillo (2019)
The Wanderer, EP (2018)
Por: Sandra ´Metalgirl´Marín
Fotos: Metalgirl.
JUEVES 26 – SAVATAGE LA LEYENDA COBRA VIDA.
Estaba
muy ansiosa, y casi no llego al show de los grandísimos Savatage. Una banda que nunca había tenido la oportunidad de ver,
subió al escenario como surgida de una cuarta dimensión mítica. No fui la
única, muchos allí compartían la misma emoción de verlos por primera vez.
Sonaron himnos como “Gutter Ballet”, “Hall of the Mountain King” y “Edge of Thorns”, y cada nota fue como abrir un libro sagrado del Metal. El virtuosismo, la intensidad y esa energía teatral operática que los caracteriza nos envolvió en un aura espiritual. También nos sorprendieron con “Sirens”. Fueron de los últimos en tocar en este primer día de alto voltaje para el alma metalera.
VIERNES 27 – BONFIRE, RUNNING WILD Y EL RENO. PIRATAS, FUERZA Y RISAS.
La jornada fue un viaje emocional que pasó por distintos lugares.
Primero, Bonfire nos ofreció un repertorio cargado de melodías y un Hard Rock directo al corazón. Abriendo con “Ready 4 Action” y “I Died Tonight”, pudimos disfrutar de un set list agradable. “Never Mind” e himnos como, “You Make Me Feel”, “Sweet Obsession” y “Don't Touch the Light”, nos recordaron que la pasión ochentera sigue viva. Se despidieron con “Champions” y aplausos que no se detuvieron.
El turno llegaría para los Running Wild, otra banda que nunca había tenido el placer de ver. ¡Y qué poder!. Estallaron con el intro “Chamber Of Lies”, seguido de “Fistful Of Dynamite”. Rugieron cañones de fuego y euforia desmedida. Luego, “Piece of the Action” y sin espera, “Bad to the Bone”. Una locura envolvente con “Riding the Storm”, puro espíritu pirata y Heavy alemán a toda vela. Después, “Little Big Horn”. Increíble que el tiempo pasó sin darnos cuenta y no podía faltar “Branded and Exiled”. Salté, grité, y me dejé llevar como si fuera la cubierta de un barco al igual que los allí presentes cantando a pleno pulmón. Luego, “Lead or Gold”, otro temazo, llegando a la traca final con “Under Jolly Roger”, la cual cantamos sin parar. Se terminaba la aventura con “Treasure Island”. Se hicieron un directazo. Para recordar.
Y para rematar, El Reno Renardo cerró con carcajadas, locura y riffs porque el Metal también se ríe de sí mismo y esa es una de sus mayores virtudes. Abrieron con “Merienda Medieval”, seguido de “As de Oros”. Nos dieron un gran recital de temas como “Madre”, de su anterior álbum y el esperado por muchos, “Tu Hamster”, seguido de “El Bogavante” y “La solitaria”. Un sin parar de temazos y como todo tiene su fin, terminaron con “Crecí en los 80”. Un final perfecto para un día con alma de fiesta metalera.
SÁBADO 28 - KING DIAMOND Y DIRKSCHNEIDER. PUÑO, MISTERIO Y CLÁSICOS.
He visto tantas bandas en muchos años pero tenía esa sensación de que en algún momento tenía que ver al Rey Diamante. Ese momento llegaba. También era uno de las más esperados del Festival, el ritual oscuro de King Diamond. ¡Qué decir!.
Fue un espectáculo teatral, inolvidable. El escenario era una auténtica mansión gótica: Escaleras, niebla, personajes que entraban y salían como en una ópera macabra. Abriendo con “Funeral”, la piel erizada, eso no se puede explicar con palabras. En el escenario aparecía King, una caja que decía “Abigail” y él daga en mano amenazadora, dispuesto a apuñalar a la muñeca. Momento muy tenso pero con poder sin censura, luego descargaron “Arrival”, la guitarra de Andy La Rocque sonaba bestial y armónica. Una locura. De repente, “A Mansion in Darkness” (mi favorita) y me estremecí. Su voz, sus gestos, la atmósfera, los asistentes eufóricos. Con “Halloween” y “Voo Doo”, apareció una mujer que danzaba sin parar y que después quedaría hipnotizada por King.
La atmósfera y el terror se mezclaban con, "Them", "Spider Lilly" y "Two Little Girls". Todo fue magia escénica canción tras canción. Después, la tan esperada "Sleepless Nights", "Out From The Asylum" y "Welcome Home", un sinfín de tensión y emoción. Pelos de punta, "The Invisible Guests" junto a “The Candle”, como para detener el tiempo. Fue épico, alucinante. Una experiencia que no olvidaré. Luego presentó “Masquerade of Madness”, canción del álbum de 2019, seguida de “Eye of the Witch”, de mis favoritas también. Parecía todo un sueño aterrador. Luego, “Burn” sonaría espectacular, y ya finalizando tan brutal repertorio, King preguntó a la multitud si todo estaba bien. Con respuesta afirmativa, enseguida nos abrazarían con “Abigail”. Gritos y aplausos. Se despediría con un “Thank you Barcelona!”. Un gran final para tan grandísima banda, valió la pena tanta espera. Hail to The King!
Para el cierre, del sábado, Dirkschneider abrió con “Balls to the Wall”, que por cierto está celebrando cuarenta años. Nos regaló un set list lleno de clásicos. “Metal Heart”, “Princess of the Dawn”, “Breaker”, “Head Over Heels”, “Midnight Mover”, “Living for Tonite”, y no podía faltar la hermosa balada “Winter Dream”. Realmente el puño de hierro cerrando con la esperada “Fast as a Shark. Fue una sucesión de himnos eternos. Udo es una bestia y su entrega fue total. Heavy Metal a flor de piel.
DOMINGO 29 – GRAVE DIGGER, STRYPER, DORO, JUDAS Y SCORPIONS.
Grave Digger nos sumergió en la épica medieval con trallazos como “Excalibur” y “Rebellion (The Clans Are Marching)”, que cantamos como si estuviéramos en las mismas Highlands. Fuerza, historia y gloria pura terminando con su temazo “Heavy Metal Breakdown”. Todo un clásico.
Y entonces llegó ella, Doro Pesch, la reina, The Metal Queen. Desde que pisó el escenario no paré de gritar, cantar, sacar fotos. Su conexión con el público es única, su presencia es mágica. Inició con “Time for Justice", tema de su último álbum, siguiendo con “I Rule the Ruins”, que es de mis favoritas con Warlock. Sonó brutal Doro, entregada por completo al público. Después, “Burning the Witches”. Alucinante. Doro no canta, nos abraza con su voz. “Raise Your Fist in the Air”, canción del álbum de 2012. Cuando sonó “Für Immer”, no pude contener alguna lágrima. Ese tema es eterno. Ella lo cantó con el alma. No tengo dudas, fue mi momento más especial de todo el Festival. Siguió con “Hellbound”. Los músicos interactuaban entre ellos y el público emocionado a pesar del calor infernal. Después otra de su último álbum, “Children of the Dawn” y un descansito mientras el solo de batería de Johnny, que no podía faltar.
La poderosa “Metal Racer” y el headbanging
se hizo notar. Momento para interactuar con los músicos, una gran
conexión. Ella nos guiaba con palmas arriba y mientras cantábamos se acercaba
el final. Como siempre, la infaltable "All we Are” en un coro interminable
y único. Doro, eres la mejor.
Vendría un poco de calma con los Stryper. Trajeron luz con su Metal Melódico. Tocaron temas clásicos como, “Free”, “Calling on You” y “Soldiers Under Command”. El calor era sofocante pero el público disfrutaba de este rato con Stryper. “To Hell with the Devil” fue coreada como un himno celestial en medio del cielo e infierno. Cerraron con “Honestly”.
Después el turno era para Judas Priest. El Metal God, Rob Halford sigue reinando. Himnos como, “All Guns Blazing”, con el que abrieron seguido de “Hell Patrol” y luego, “You've Got Another Thing Comin'”. Eso era Heavy Metal a tope. "Freewheel Burning" y “Breaking the Law” donde los gritos de Rob fueron de otro mundo. Con “A Touch of Evil” y “Night Crawler” el público enloquecía, era realmente brutal, temazo tras temazo.
“Painkiller”
fue fuego puro. Una misa metálica. Les había visto el verano pasado en la gira
de su último álbum, "Invincible Shields", pero aquí se hicieron con
un conciertazo, de esos que quedan en la retina. Parecía que se iban y
regresaron con “Electric Eye” seguido de “Hell Bent for Leather”, y
finalmente, “Living After Midnight”, que no podía faltar. ¿Que más se puede
pedir?.
Para cerrar, los Scorpions. Sonaron sus clásicos inmortales, “The Zoo”, “Big City Nights”, “Wind of Change”, y por supuesto “Rock You Like a Hurricane”. Sí se notó y no se puede negar que Klaus Meine ya carga con los años. Se le notaba cansado. Lo cierto es que llevan retirándose desde el 2012 la primera vez que les vi, pero esa es otra historia. Aún así, su voz sigue siendo una caricia poderosa para la banda.
Para el gran cierre final, apareció un escorpión gigante desplegado dominando el escenario y ellos tocando “Blackout”. Un símbolo perfecto que marcó el fin del Festival por este año.
Fueron
cuatro días de sol, sudor, lágrimas, riffs, gritos, cerveza y Metal. Cuatro días
que fueron mucho más que un Festival. Fueron vida, libertad. Porque el Heavy
Metal no es solo un género. Es una tribu. Es una pasión. Es una forma de
resistir, de sentir, y mientras haya Festivales como este, el Metal jamás morirá.
¡Hasta el próximo Rock Fest!. Saludos
y Heavy Metal.
Metalgirl Marín. Bilbao, Bizkaia.
Por: Jose Paschu . Director
El pasado 5 de julio
en el estadio Villa Park de Londres se realizó el esperado concierto benéfico
de despedida de Ozzy Osbourne quien
se retiró oficialmente de los escenarios.
Habiendo adquirido tiquete virtual para la transmisión oficial, al momento de llegar a casa luego de la jornada laboral de sábado, Gojira daba inicio a su participación. Previamente habían pasado Mastodon, Rival Sons, Anthrax, Halestorm, el primero de dos supergrupos, y Alice In Chains. Con este segmento nos pondríamos al día el domingo en completa paz y silencio mental.
A los franceses, cuya intervención en la apertura de los pasados Juegos Olímpicos les dio amplia visibilidad a nivel mundial y toda suerte de comentarios, les siguió el segundo supergrupo de la tarde liderado por Tom Morello. Vimos al ex Judas Priest, K.K. Downing, acometiendo una versión de “Breaking The Law” con Bill Corgan de Smashing Pumpkins haciendo su mejor esfuerzo, y luego a Sammy Hagar reencontrarse con su antiguo compañero en Chickenfoot, Chad Smith, en “Flying High Again”. Tobias Forge/Papa V, de Ghost, hizo lo propio con “Bark At The Moon”. Steven Tyler cerraría el bloque rodeado del buen Ronnie Wood, Rudy Sarzo, y entre otros, Nuno Bettencourt, quien hizo un homenaje a su compatriota fallecido, Diogo Jota. Tremenda interpretación de “Whole Lotta Love”.
Del primer supergrupo destacamos los cortes del álbum “The Ultimate Sin”, favorito del Ozzy solista de quien escribe, en las voces de Lzzy Hale y David Drainman con “Shot In The Dark”. Volviendo a la tarde, Pantera, o tal vez P. Anselmo y compañía, motivaron el momento “viral” de la jornada. Vimos al señor J. Momoa quien fungía de presentador, entregar su teléfono, soltarse el cabello para luego saltar la valla y sumarse al pogo/moshpit como un espectador cualquiera. No debería causar asombro, él mismo ha citado anteriormente su gusto por bandas como Slayer, Pantera, Slipknot y otros más. Tool prosiguió tocando y entre sus tres apariciones, hicieron “Hand Of Doom”. Slayer, con su Thrash Metal visceral que tanto nos movió, mueve y seguirá moviendo así digan que se retiran o regresan, encendió la llama y el público que luego vería a unos Guns N Roses en tarima con todo y limitaciones vocales conocidas que no son objeto de este texto. No caemos en la trampa de opinar desde el púlpito del fanático, como tampoco estamos en capacidad de desacreditar tal o cual artista, simplemente escogemos qué ver/oír y qué no. Lo hemos hecho antes y lo seguiremos haciendo. Pero esa es otra historia. Metallica, con el final del día, dio una muestra de por qué llevan décadas en el mainstream mundial convocando nuevas y algunas viejas generaciones. Hetfield, Ulrich y compañía la tienen clara.
Los clásicos acordes de “O Fortuna” de Carmina Burana, anunciaron el ascenso del Príncipe de las Tinieblas, Ozzy Osbourne, quien desde su trono rodante se tomó el escenario para no soltarlo hasta el final de la noche. Cinco canciones de su repertorio quedaron cortas. Las lágrimas en “Mama, I´m Coming Home” no se podían negar ni mucho menos ocultar. Cerrar su bloque solista con “Crazy Train” fue más que sabio, perfecto. Podrá tener 76 años, su voz no palidece. Por momentos daba la impresión de querer pararse de esa silla. Si eso no es tener energía, entonces no sé qué es. Sus compañeros de armas fueron, el eterno Zakk Wylde, Mike Inez, Adam Wakeman y Tommy Clufetos, a quien vimos en Bogotá en 2013 en la única visita de Black Sabbath a Colombia.
Llegaba, ahora sí, el momento del último paseo de los Cuatro Jinetes, del “a lo que vinimos”, de aquello que sabíamos sucedería aunque lo quisiéramos retrasar. Geezer Butler, Tony Iommi y el maestro de la batería, Bill Ward, saldrían a rodear al viejo Ozzy, para que las sirenas y los acordes iniciales de “War Pigs” se tomaran el Villa Park. “N.I.B.” y “Iron Man”, dieron pie al llamado de Ozzy a “volverse locos por última vez” tanto en el estadio como en conexión mundial, con “Paranoid”. No podía ser otra diferente a esta. Final, y ahora sí, eso fue todo. Los fuegos artificiales, los aplausos, las lágrimas, los abrazos, los brindis y las sonrisas se disolvieron en la noche. Una noche que dejaría un silencio como si de luto se tratase. Un evento que será recordado en mucho tiempo. Las cifras dirían que fuimos más de seis millones de espectadores en línea. Increíble. A quienes dicen que el Rock está muerto, pues no hay tal.
Que digan que vivimos en los tiempos en que cuatro obreros de Birmingham se juntaron y crearon un género en hermosos tonos de gris. Construyeron un nombre, una leyenda, junto a un frontman único, sin medias tintas, tan carismático como genio y figura es John Michael Osbourne. Que digan que vivimos en los tiempos de los fundadores de Black Sabbath, a quienes debemos y agradecemos el amado Metal y sus derivados. Sabemos que veremos partir a nuestros héroes, amigos y familiares, y entre ellos, al incombustible Ozzy Osbourne. Nos queda su música en el alma y en los estantes a los que podremos acudir cada que queramos. Y la vida seguirá siguiendo, con o sin nosotros. Cavernet Rock.